Sexismo y Diversidad en los Juegos Olímpicos

Sexismo y Diversidad en los Juegos Olímpicos

“Soy gay y soy campeón olímpico”. Esas fueron las palabras del británico Tom Daley después de ganar, junto a su compañero Matty Lee, la medalla de oro en el trampolín de 10 metros sincronizado de los saltos de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Fue así como denunció toda la discriminación que vivió en su vida por ser gay. “Cuando era más joven, sentía que nunca lograría nada por ser quien soy”, confesó el atleta. A pesar de esto, las críticas no se ausentaron. “No hace falta que diga que es gay”, “¿O sea que se ganó una medalla olímpica por ser gay?”, “No veo a ningún heterosexual haciendo un show porque ganó una medalla”, y, por supuesto, las bromas homofóbicas también estuvieron presentes.

Tom Daley y su compañero Matty Lee

Es momento de dejar los privilegios atrás y dejar que las diversidades se expresen como deseen. No olvidemos que sus voces fueron silenciadas durante décadas. Es justamente por esos comentarios, por esas bromas homofóbicas, que Daley decidió darle importancia a su sexualidad: “Espero que cualquier persona joven LGBTIQ+ allá afuera pueda ver que, aunque se sientan solos ahora, no lo están y pueden lograr cualquier cosa". Es por esto que la presencia de la comunidad LGBTIQ+ es sumamente importante, pero ¿por qué en los Juegos Olímpicos?

No podemos negar que este es un gran año para la visibilidad del colectivo. En cinco años se triplicó la cantidad de deportistas en las Olimpiadas de Río con 56 atletas, en comparación con los 163 deportistas que acudieron a Tokio 2020. Estados Unidos se convirtió en el país con más atletas LGBTIQ+ en los Juegos Olímpicos (47 en total), seguido de Canadá (33 atletas) y Holanda (20 atletas). Entre la delegación argentina se encuentra Cecilia Carranza, la regatista que fue abanderada junto a Santiago Lange, quien tiempo atrás expresó: "El amor, la diversidad y la libertad son necesarios. Agradezco a quienes aportan a que vivamos en una sociedad más libre".

Cecilia Carranza junto a Santiago Lange

Sin embargo, Japón, el país anfitrión, no tiene la misma visión de diversidad. En el país nipón aún no está legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo, no existen protecciones contra la discriminación. Es por esto que activistas LGBTIQ+ japoneses esperan que las Olimpiadas se conviertan en un hecho histórico que obligue al gobierno a proteger los derechos de la comunidad a través de leyes.

Cabe destacar la presencia de la levantadora de pesas neozelandesa Laurel Hubbard, quien se convirtió en la primera deportista transgénero de la historia olímpica, al ser elegida por su país para la prueba femenina de halterofilia de +87 kilos. Ella cumplió con los criterios de elegibilidad establecidos por el Comité Olímpico Internacional a partir de 2015 para deportistas en transición de género masculino a femenino. Se le exige que sus niveles de testosterona estén por debajo de 10 nanomoles por litro durante al menos un año antes de la competición.

Laurel Hubbard

También se le dio luz verde a la paridad de género: casi el 49 por ciento de lxs atletas que participan son mujeres. Son los primeros Juegos de la historia con equilibrio de género. No podemos dejar de lado al hecho también histórico de que las madres lactantes pueden llevar a sus hijes a los Juegos Olímpicos. Tras varias quejas públicas de deportistas de distintas disciplinas, la organización realizó un cambio en la normativa y, finalmente, les niñes lactantes podrán permanecer en hoteles aprobados porque la zona residencial de la Villa Olímpica está restringida para todos, excepto para los atletas y los oficiales del equipo.

El lema de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 es “prohibir la discriminación de cualquier tipo”, pero, aun así, sigue habiendo controversias acerca de la vestimenta femenina en ciertos deportes. Las jugadoras de la Selección noruega de handball de playa desafiaron el reglamento de vestimenta ya que afirmaron que sexualiza a las deportistas: en vez de utilizar el bikini obligatorio, jugaron con shorts. A raíz de esto, la Federación Europea de Balonmano sancionó con una multa de 1.500 euros a la selección noruega por violar las normas internacionales. Esta noticia se viralizó a tal punto de que la cantante estadounidense Pink se ofreció a pagar la multa y twitteó: “Estoy MUY orgullosa del equipo femenino de balonmano playero de Noruega por protestar las reglas sexistas sobre su uniforme. La federación debe ser multada por sexismo. Bien por ustedes, señoras. Estaré feliz de pagar sus multas por ustedes. Sigan así”. Un excelente ejemplo de sororidad. Las Brujas esperamos que llegue el día en el que no hayan deportes "sólo para hombres" o "sólo para mujeres", que el colectivo LGBTIQ+ siga conquistando espacios y que cada une pueda decidir la vestimenta en la que se sienta más comode.

Selección Femenina de Handball de Playa de Noruega

 

Bruja July