ELLAS LE PONEN SONIDO AL MUNDO.
Por Kevin Dirienso Poter - @kevindpoter
Durante mi voraz lectura de “Crocknicas de un Tacvbo”, libro de Joselo Rangel, guitarrista y compositor de Café Tacvba, me quede con varios de los artículos que el autor nos ofrece en esta compilación bárbara de su columna semanal en el periódico Excélsior de México. En varios de ellos, Joselo nos convida un poco de su vida y de su melomanía incansable. Es interesante el libro, porque de manera muy natural nos vamos adentrando en su mundo y conociéndolo a niveles muy íntimos.
Una de esas crónicas que me atrapo fue una titulada “Canciones” dónde Joselo nos da un pantallazo de lo que sucede cuando una banda le entrega el demo al productor para que este “decida” si hay canciones con destino de disco en él. Durante el escrito se puede entender que no siempre las mejores canciones terminan en un disco y que no siempre, terminarán en el álbum las canciones que cada autor o integrante del grupo quieren.
En este caso, el oído del productor y su opinión objetiva harán que el grupo exprima al máximo su capacidad democrática para dejar en el trabajo final un buen número de buenas canciones. Es, esta etapa de pre producción, la más difícil del músico, ya que componer una canción de por sí no es una tarea fácil, imagínense si la misma queda afuera por x motivo.
Joselo dice una gran verdad, “al fin y al cabo, las canciones se defienden solas” y nadie a ciencia cierta sabe si será un hit o una mera canción más. Son muchos los factores que harán destacar o no a un track y en este caso, alguno de ellos, ni si siquiera dependen de la banda o del productor. Las canciones son libres, van por el éter atrapando o no a los oyentes y no hay mucho para discutir en este aspecto.
Sin embargo, la manera de encarar la crónica, nos deja un panorama de lo que vive una banda o artista en el armado de un disco. Terminado el material suena bárbaro y todo es muy bonito, pero el proceso para ese resultado, muchas veces es muy caótico y es ahí donde las canciones cobran una relevancia enorme, porque de tan independientes que son, llegan a término las que mejor se supieron defender ante los ojos y exigencias de quienes toman las decisiones para que las mismas formen parte de ese todo que es un disco.
En mi época más adicta a comprar discos, he llegado a comprar un álbum solo por una canción (todos los nacidos durante los 70, 80 y 90 lo hemos hecho, estoy seguro) y que es lo que hace a esa canción tan especial: la interpretación de cada uno. Hay hits que para mi no lo son y hay temas de relleno que para mi son himnos, pero esa es otra historia.
Las canciones viajan, van y vienen. Te llegan, te tocan fibras, te generan algo o no te lo generan. Punto, no hay término medio en ello. Pero no hay discusión al respecto, alguna de ellas, nos han cambiado la vida. Son como hijos con vida que forman parte de una familia, pero que piensan, sienten y viven de manera independiente.
Desde mi parte espero que las canciones nos sigan invadiendo, interpelando. Espero que ese proceso caótico y de discusión constante como es el armado de un disco, siga así. Que cada banda o artista se tome el tiempo necesario para que las canciones maduren y luego de defenderse solas ante la mirada de ese jurado formado por banda y productor, salgan a conquistar cada tímpano que ande dispuesto a disfrutarla casi tanto como los autores disfrutaron hacerla.
Que las canciones nunca mueran y que los discos vivan para siempre.
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